miércoles, 12 de diciembre de 2018

En una Fogata / Crónica

En una Fogata

Por Michelle Lorza (Estudiante de 9° semestre de Periodismo, miembro de Catarsis, Club de Lectura).


Dos días después de la noche de halloween, a las 7 de la noche, se iba a dar inicio a la más esperada fogata, “la fogata del terror”, en donde un grupo de jóvenes estudiantes de la UAO, disfrutarían de una noche de cuentos y experiencias paranormales.

Al llegar la noche de ese día, el grupo de chicos del Club de Lectura Catarsis, llevaron los implementos al lugar, la madera, los cojines y los masmelos para derretir en la fogata.




A las 7:05 se dio inicio a la tarea de encender la madera en la que algunos de los estudiantes colaboraron y prendieron de una manera eficiente y rápida, la madera necesaria para la fogata. Después de unos minutos empezaron a llegar los integrantes del club, los cuales se sentaban en sus cojines y comían un masmelo mientras que otros hacían algunas lecturas de terror.


Toda esta actividad era realizada por el Club de Lectura Catarsis del CRAI-Biblioteca de la Universidad Autónoma de Occidente. Era una noche perfecta, oscura, fría y tenebrosa. A pesar de que ya había pasado el 31 de octubre, todos estaban muy emocionados e interesados por las lecturas y experiencias paranormales que se contarían en ese lugar.


Ya encendida la fogata, se dio inicio a “la fogata del terror”, Julián Murcia, quien dirige el Club, hizo una introducción acerca de la literatura de terror a través de la historia, donde el hombre trataba de encontrar una explicación al mundo que resultaba hostil y terrorífico, mediante la creación de leyendas. Luego, ya en la edad moderna, llega la que se conoce como la literatura clásica: Drácula, Frankenstein o el Moderno Prometeo, llegando a H.P. Lovecraft y Edgar Allan Poe.
Lovecraft
Y así para que los participantes del club decidieran iniciar a leer también algunos de los cuentos preparados, entre estos estuvieron: La mujer de blanco. No solo los perros lamen, El gato maldito, Momo, La casa Maldita, La leyenda de Mammón. Todos se divirtieron mucho y escuchaban con atención mientras preparaban sus masmelos en el fuego.


Para el compartir los participantes trajeron papitas, bombones y algunas otras golosinas. Al pasar el tiempo esa primera media docena de estudiantes, se convirtió en cuatro decenas, el lugar se llenó. Todos sentados en sus cojines, la fogata calentaba esa noche tan fría, se escuchaban los relámpagos que avisaban pronta lluvia y el misterio que estaba por llegar.


Llegó el momento de compartir historias paranormales, aquellas que les habían  sucedido o de aquellas que habían escuchado, un joven decidió contar la suya. Él tenía una particularidad en su familia, en ella existían tres personas que habían nacido el mismo día en diferentes épocas, pero eso no era lo paranormal, lo diferente y raro que esas mismas tres personas habían muerto el mismo día también, era un enigma que llevaba su familia.

Otra de las historias cautivadoras y curiosas fue la historia de un chico, quien contó su estadía en una finca terrorífica, en la que a él y a su grupo de amigos habían asustado de la forma más terrible, mientras él narraba su historia de fondo para darle misterio a la historia, se colocaron sonidos y ruidos que concordaban con la historia, provocando algunos gritos en los asistentes. Cada vez se hacía más tarde y oscurecía más, hacia más frío y los relámpagos no paraban.



Pero la historia de la noche, fue la historia de la vivencia en el CRAI-Biblioteca, ésta contuvo la atención de todos los que se quedaron hasta el final de la jornada. La más intrigante, miedosa, que dejó una sensación entre todos de querer saber más...

Siendo las 9:00 p.m. Johan comenzó su historia. Él estaba a inicios del año trabajando en el sótano dos de la biblioteca, desde la mañana ya había sentido una sensación extraña a su alrededor, desde que se había despertado, una sensación que le avisaba que algo raro estaba por suceder. Ese día al llegar a trabajar a la biblioteca debió bajar al sótano dos por unas escaleras de caracol que se van perdiendo al momento de bajar o subir.

Debía lijar una lámina de icopor en forma de llama. La primera situación extraña que se presentó, fue al momento de parar de lijar el sonido seguía, pero no como un eco sino como si efectivamente alguien siguiera lijando. Él trató de no poner atención a esta situación. De repente tuvo esa sensación molesta cuando alguien se queda mirando fijamente, al mirar hacia las escaleras, una anciana de rasgos indígenas, canosa, estaba asomada desde el último descanso de la escalera, ella solo dijo: "¿No sientes miedo?". A él le pareció un poco extraña la pregunta, pero solo respondió que no, creyó que era una persona de servicios generales. Siguió lijando, pero la mujer no bajaba, solo continuaba mirándolo fijamente. Cuando la situación se convirtió en insoportable, él se volteó a preguntarle si necesitaba algo. En ese momento la anciana volteó y subió las escaleras riendo y saltando, pero las luces de la escalera nunca se prendieron. Al subir a preguntar quién era, confirmó que nadie había bajado y nadie respondía a esas características ¿Sería una bruja..?



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