miércoles, 26 de septiembre de 2012

Taller Literario-Biblioteca

 
 

¿Te gusta leer? ¿Escribir?


 Inscríbete al Taller Literario que llevará a cabo la Biblioteca.
Instructor: Omar Ortiz (reconocido escritor nacido en Bogotá, radicado en Tuluá. Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia 1995)
Fecha de Inicio viernes: 28 de septiembre.
Hora: 3:00 p.m. 5:00 p.m.
Inscripciones abiertas / Cupo limitado Ext 11200, 11206, 11201 bibliot@uao.edu.co
 


 
Ómar Ortiz Forero . Bogotá (Cundinamarca), 1950.
Libros de poesía publicados: La tierra y el éter, 1979. Que funda el funde, 1982. Las muchachas del circo, 1982. Diez regiones, 1987. Un jardín para Milena, 1993 . Dirige y edita la revista de poesía Luna Nueva en Tuluá, Valle del Cauca.
 
POEMASSe publican, señalados con asterisco, todos los que aparecen en el libro LOS ESPEJOS DEL OLVIDO Antología Poética (1.983-2.002)” Omar Ortiz. Selección y prólogo de Juan Manuel Roca. Deriva ediciones. Primera edición, Abril 2.002. Págs 47 a 61. De manera gradual, se irán publicando todos los poemas de "El libro de las cosas".
El libro*
Así como la Anaconda hipnotiza a sus víctimas.
(No es raro ver una mariposa estampada en el aire,
o un colibrí paralizado ante el hechizo).
El sol se detiene en el reloj de arena
y los sueños son el río que no va al mar.
.
La lluvia

A los primeros goterones
los gatos se escabullen al solar de las Martínez.
Una tragedia para la muchacha crespa
que tiene alma de gaviota.
Odia ver llover
y no sentir el olor de los cangrejos.
Desde su lecho escucha el quedo ronroneo.
Los sabe agazapados bajo el almendro.
Presiente el silencio
que la asediará en la oscuridad,
el insidioso almizcle de la cacería.
Cierra los ojos,
y sueña el arco iris
que anuncia la tregua de las aguas.
Pero el golpeteo del techo lo desmiente.
No hay Noé para su diluvio,
ninguna tierra emerge de su miedo.
De nuevo los gatos transitan por el patio.
Ella, ávida de sal y espuma,
anclada en casa de barro y guadua,
el terror aleteándole en el pecho.
El mantel
Ese pequeño sudario de las viandas
que ya no son. Sólo migajas.
Fue tu primer trabajo en clase de costura.
"Para cuando te cases y tus hijos alaben
el blanco de la mesa", decía tu madre,
inocente de tu odio feroz a las agujas.
El mantel, nunca tendió las alas.
Del resto se encargaron las polillas
y los terrores que siempre están a mano
en la cartera.

El aguamanil

Cada vez que tomaba dinero se lavaba las manos.
Decía que cada compra-venta
era el símbolo de una traición.
Se negaba a pagar en los autobuses
y en sus largas caminatas meditaba poemas contra la usura.
No conocía a Pound, pero sí los sanatorios.
Porque su verdadera obsesión era coleccionar aguamaniles.

El zaguán
La lluvia cae entre la calle y el patio,
y estoy sola, esperando.
¿ Qué luz filtra la higuera de los trece años
en esta sombra hecha para la guarda y no para la entrega?
Olvidado el viejo columpio a la penumbra
del mango,
tú, ¿provocarás la risa del viento en mi vientre?
Descúbreme el secreto agua que mojas la calle
y el patio
ahora que estoy sola, esperando.


El barrio
Mi ciudad es atravesada por un río.
Por su cauce vemos pasar: basuras, cadáveres,
y de vez en cuando, agua.
Hay también un parque, samanes, ceibas, chiminangos,
viejas casas de barro y una mulata que fríe empanadas
cantando y contando cómo fue cabalgada por mi general Bolívar
Palobonito. Allí, descansan los muertos,
y sueñan las muchachas que saben bailar el currulao.
No es el "mejor sitio del mundo,
pero su luz, a las cuatro de la tarde,
alucina pintores, fotógrafos, retratistas,
y demás hacedores de postales.
LA CASA
Allí, en el anaquel, entre el libro de cocina
y "Los cien mejores poemas de amor", guardas la foto
del que no retornó.
El mago que se hizo a la mar en una colcha de retazos,
aferrado a su oración contra todo conjuro.
Sobre el polvo de los muebles está la huella de su mano.
El indicio de su partida y el vacío
que no pudieron llenar tus fiestas de libélulas
y alcaravanes.
En el silencio de la casa,
tus pasos de suprema dictadora de la ternura
anuncian la llegada de un nuevo verano.
Fuego fatuo. Brillo de luz entre dos oscuridades,
me digo, y la madera acepta en su canto
la absoluta levedad
de tu mirada, que en el último instante
sabe que los niños que juegan en el patio
son el árbol y el viento que lo cubre, las flores
de la abuela y los nietos que despides con el beso
anterior al naufragio. Es áspero el salitre y los adioses
que nunca fueron del agrado del pañuelo.
 
 

1 comentario:

  1. Valioso y enriquecedor proyecto. Éxitos y felicitaciones. Sobre el Poeta Ómar Ortiz sugerimos ver & navegar: http://omarortiz.blogspot.com/2006_10_14_archive.html . Y sobre la revista LUNA NUEVA, que este año 2012 cumple 25 años, ver & navegar: http://ntc-revistas-de-poesia.blogspot.com/2012_09_01_archive.html

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