S.O.S Libros

La magia de las Biblioteca radica en la posibilidad de compartir el conocimiento, disfrutar una buena lectura y conocer otros puntos de vista contenidos en los libros, trascendiendo el tiempo. En las Bibliotecas de cualquier tipo, podemos encontrar libros, documentos, folletos, etc. escritos y adquiridos hace mucho tiempo, libros a través de los cuales varias generaciones de usuarios han consultado, aprendido y disfrutado de su lectura.

Lastimosamente, este círculo virtuoso puede romperse cuando un usuario daña, rasga, hurta o mutila un libro. Entonces, ese libro que tanto le sirvió a otros lectores, ya no podrá transmitir su mensaje de enseñanza y conocimiento a otras personas.

El uso continuo de un libro, genera su deterioro, por eso las Bibliotecas tenemos programas de encuadernación para recuperar aquellos libros que por su alto uso se deterioran. Sin embargo, cuando se tienen malos hábitos de estudio se genera un deterioro rápido y a veces irrecuperable del libro.

Es común en las bibliotecas encontrar libros subrayados por todo lado. Traducciones, sinónimos, subrayado de colores, con lapicero, resaltador, etc. En otras palabras imposible de leer sin distracciones. Estos libros han perdido parte de su potencial educativo, pues al subrayarlos estamos distrayendo y coaccionando al próximo lector, en detrimento de su disfrute y libre opinión sobre lo leído.

Vemos también con frecuencia libros que llegan manchados por que se les ha derramado encima una taza de café, de jugo, un vaso de gaseosa, etc. Otro libro, entonces, inservible, que ya no podrá ser leído por otro usuario. Otro libro para el cementerio del conocimiento: la basura.

Uno de los caso más aberrantes y que debería ser causa justa para el destierro de un mal lector del mundo de la lectura, es la MUTILACIÓN de libros. Un libro al cual se le han arrancado páginas, es un libro lisiado, imposibilitado para contarnos lo mucho que tiene por enseñar. Por esos avatares del destino, sucede siempre que las páginas que un vándalo ha sustraído de un libro, son exactamente las que necesitamos para resolver nuestra tarea o trabajo. Sí te ha pasado a tí, por favor, no repitas el ciclo para que los libros sigan contando historias y transmitiendo conocimiento.

Pero el más aberrante, el que se lleva todos los premios al peor usuario de una Biblioteca es aquel que se lleva el libro para su casa sin permiso alguno. En palabras más coloquiales, digamos mejor que el peor usuario de una Biblioteca es aquel que hurta los libros. En muchos casos se hace por pereza de tomarlo prestado o de sacar copia de lo que se necesita, entonces se lleva el libro para la casa, se consulta y se ubica en un estante a recoger polvo y olvidos.

El medio ambiente natural del libro es la Biblioteca, no lo saques de su hábitat.

IMPORTANTE

Según el reglamento de la Biblioteca, quien pierda o dañe cualquier material bibliográfico deberá pagar el valor comercial actual del libro más el 20% por procesos técnicos. También dice en su artículo 11 que quien haga apropiación indebida o mutile cualquier tipo de material bibliográfico, perderá el derecho de uso de la Biblioteca por un espacio de tiempo que se determinará de acuerdo a la gravedad de la falta.

Igualmente la Biblioteca se atiene a las reglas estipuladas en el código de ética institucional.

Cuidados generales:

Rayar, escribir sobre ellos, anotar, borrar, subrayar, marcar o tachar las hojas de los libros.
Arrancar las hojas.

Doblar las puntas para marcar donde vamos.
Romper los forros.
Humedecerte los dedos con saliva para pasar las páginas, la acidez de la saliva deteriora enormemente los libros.

Forzar el libro al abrirlo. No debe abrirse completamente, sino
respetar el ángulo de apertura que permita.

Introducir objetos en el interior del libro ya que producirán, con el tiempo, deterioro, manchas y degradación del papel.
Utilizar los libros con las manos sucias.

Depositar los libros en lugares húmedos o sucios.
Comer, beber o fumar cerca o encima del libro, porque lo expones a riesgos inmediatos, como manchas y quemaduras.

Transportarlos en mochilas junto con una gran cantidad de cosas.