viernes, 21 de marzo de 2014

Día Mundial de la Poesía


 
 
El enigma de la poesía y el poema
 Por Humberto Jarrín B.
Federico Nietzsche sostiene que la Poesía surgió ante la necesidad de los hombres de comunicarse con los dioses, porque éstos, elitistas siempre, les gusta que les hablen de una manera especial, no como a cualquier mortal. En este mismo sentido místico Guillermo Diaz-Plaja dice que la poesía tiene un origen celestial y sirve para devolverle el espíritu Dios.
 Complementario a ello, Fray Luis de León dice que “la poesía sin duda la inspiró Dios en los ánimos de los hombres para con el movimiento y della levantarlos al cielo, de donde procede; porque poesía no es sino comunicación del aliento celestial y divino”.
Abandonando un poco el plano celestial, Baudelaire afirma que la poesía es ese admirable, ese inmortal instinto de lo bello que nos hace considerar la tierra y sus espectáculos como un presentimiento, como una correspondencia del cielo.
Afortunadamente esa forma especial de lenguaje y de  comunicación no se perdió cuando el mundo se desacralizó, y quedó la Poesía entre los hombres, como el más grande símbolo de belleza.
 En efecto, Gherardo Marone dice que la Poesía, más que el particular sentimiento, es la transfiguración sobre los planos de la belleza. Es la aspiración humana hacia una belleza superior, apunta Baudelaire.
 
Pero la función de la Poesía, complementario a su valor estético, abarca otras esferas, y en el orden más profundo de lo humano; estas palabras de José Martí son contundentes:
 
¿Quién es el ignorante que sostiene que la poesía no es necesaria a los pueblos? Hay gentes de tan corta vista mental que creen que toda la ruta se acaba en la cáscara. La poesía que congrega o disgrega, que fortifica o angustia, que apuntala o derriba las almas, que da o quita a los hombres la fe y el aliento, es más necesaria a los pueblos que la industria misma, pues esta les proporciona el modo de subsistir, mientras que aquella les da el deseo y la fuerza de la vida. ¿A dónde irá un pueblo de hombres que haya perdido el hábito de pensar con fe en la significación y el alcance de sus actos? Los mejores, los que unge la naturaleza con el sacro deseo de lo futuro, perderán en un aniquilamiento doloroso y sordo todo estímulo para sobrellevar las fealdades humanas; y la masa, lo vulgar, la gente de apetitos, los comunes, procrearán sin santidad hijos vacíos; elevarán a facultades esenciales lo que debe servirles de meros instrumentos y aturdirán con el bullicio de una prosperidad siempre incompleta, la aflicción irremediable del alma, que sólo se complace en lo bello y grandioso
 
Como estas palabras a los puristas puede incomodarlos, porque se pretende desplazar la función de la poesía hacia terrenos excesivamente humanos, prosaicos, caben aquí a la perfección las palabras de T. S Eliot:
 
“…quiero eliminar una objeción que podría surgir. La gente a veces desconfía de cualquier poesía que se propone un fin determinado, de la poesía en la cual el poeta sostiene opiniones sociales, morales, políticas o religiosas, Y tienden más a negar que sea poesía cuando les disgustan esas opiniones, así como otros piensan a menudo que una cosa es verdadera poesía por el simple hecho de que expresa un punto de vista que comparten. Yo diría que el hecho de que un poeta emplee su poesía para defender o atacar una actitud social no cuenta para nada”.
 
Por su parte, los románticos, que no conciben otra poesía que la inspirada, al decir de Díaz-Plaja, tienen su forma particular de decir qué es poesía, es el caso de Gustavo Adolfo Bécquer en estos archi conocidísimos versos dedicados a la mujer:
 ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mí pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
De esto se deriva, por ley de transitividad, que el Día Mundial de la Poesía, vendría a ser entonces el  Día Mundial de la Mujer, o de la amada y esas cosas. Supongo que eso a los poetas no ha de molestar.
Finalmente, no hay poesía sin poema, eso no significa que sean lo mismo. No confundamos arbitrariamente  poesía con poema, pide Octavio Paz. Y dice más el mexicano: Un soneto no es un poema, sino una forma literaria; lo es cuando ha sido tocado por la poesía. Hay máquinas de rimar pero no de poetizar. Un poema es una obra. La poesía se polariza, se congrega y aísla en un producto humano. El poema es  creación, es poesía erguida. Sólo en en el poema la poesía se aísla y revela plenamente. El poema es el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre, sostiene Paz.
Ahora, ¿cómo surge un poema? Hay explicaciones que van desde lo místico a lo genético, desde la suerte hasta la habilidad. Pero la verdad es que todo ello está todavía en el misterio. Y ese misterio, ese enigma, sirve también para ser indagado en el poema mismo, que es lo que he querido hacer en este poema aparecido en mi libro Péndulo de Sangre publicado por la Universidad del Valle en la colección Escala de Jacob, por estas fechas, hace ya 10 años, y que vuelvo a compartir con ustedes:
 
 
DEL POEMA
 En qué oráculo habrá noticia
de su tiempo y su destino,
cómo saber cuál es el signo,
la señal que lo identifica,
en qué fraguas el fuego prueba
sus sílabas antes de ser chispas,
quién puede adivinar siquiera
el instante preciso en que pasa
de semilla a pájaro,
cómo estar de primero
en el lugar donde el Poema muestra
su inflamado y repentino vuelo,
cómo contemplarlo sin sentir que se aleja libre,
cómo no intentar quemarnos en su llama,
¡cómo!, si mientras estalla vivo
nos revela que no volverá a repetirse.
Humberto Jarrín B.

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