Ahora que el tiempo de las redes y las tabletas ha llegado, es necesario reflexionar sobre cómo es que estamos leyendo y cuales son sus implicaciones en nuestro entorno académico y social, en nuestra capacidad de concentración y, en última instancia, en nuestro cerebro. ¿Es la tableta una verdadera ayuda académica o una simple herramienta para el juego y la distracción?
Hemos encontrado algunos artículos sobre este tema y queremos compartirlos con nuestros usuarios y lectores. Usuarios que cada vez utilizan más nuestros libros electrónicos y las tabletas iPad, disponibles en la Biblioteca. Pero de igual forma vemos como el número de préstamos de libros en papel aumenta, lo cual parece paradójico y genera cierta inquietud en las bibliotecas. ¿Prefieren los lectores el papel a la tableta? El debate está abierto.
Un viajero lee en un e-reader Kindle mientras viaja en el metro en Cambridge, Massachusetts. La neurociencia
dice que la forma en que sus cerebro procesa la lectura en el Kindle es
diferente a la forma en que el cerebro procesa la lectura en el caso del lector del periódico que aparece al lado. ¿Te gusta más el papel o el plasma? Esta es la
pregunta a la que se enfrentan los amantes de los libros en todo momento, ahora
que la lectura electrónica es un tema recurrente.
Y es que, según recientes investigaciones, resulta que nuestro cerebro procesa la lectura digital de manera muy diferente como procesa la lectura en papel. Manoush Zomorodi, editora y presentadora de la WNYC New Tech City , recuerda una conversación con el periodista Mike Rosenwald del Washington Post, quien ha investigado los efectos de la lectura en pantalla. "Encontró, como lo hice yo, que cuando se sentaba a leer un libro su cerebro saltaba de una página a otra. Ojeaba todo y no podía enfocarse en algo. Definitivamente estaba tratando el libro como si estuviera leyendo su cuenta de Twitter", nos dice.
Y es que, según recientes investigaciones, resulta que nuestro cerebro procesa la lectura digital de manera muy diferente como procesa la lectura en papel. Manoush Zomorodi, editora y presentadora de la WNYC New Tech City , recuerda una conversación con el periodista Mike Rosenwald del Washington Post, quien ha investigado los efectos de la lectura en pantalla. "Encontró, como lo hice yo, que cuando se sentaba a leer un libro su cerebro saltaba de una página a otra. Ojeaba todo y no podía enfocarse en algo. Definitivamente estaba tratando el libro como si estuviera leyendo su cuenta de Twitter", nos dice.
La Neurociencia, de hecho, ha revelado que los seres humanos utilizan diferentes partes del cerebro cuando leen en un libro de papel que cuando lo hacen en una pantalla. Cuánto más se lee en pantallas, más la mente se desplaza hacia la lectura "no lineal". Una práctica que implica acciones como ojear simplemente una pantalla o dejar que tus ojos vayan de lado a lado dentro de una página web.
"Lo llaman un cerebro 'bialfabetizado'," dice Zoromodi (cerebro "bialfabetizado" es aquel capaz de hacer lectura profunda y lectura online con la misma facilidad). "El problema es que muchos de nosotros nos hemos adaptado a la lectura no-lineal (en tabletas y computadores) demasiado bien. Y si usted no utiliza la parte de lectura profunda de su cerebro, se pierde la parte de lectura profunda de su cerebro, así de simple".
Pero ¿Qué es la lectura profunda? Es el tipo de lectura concentrada que hacemos cuando queremos "sumergirnos en una novela o leer el documento de una hipoteca," dice Zoromodi. Y en la cual se utiliza ese bien establecido tipo de lectura lineal que no se hace normalmente en un equipo de cómputo. " Un texto denso que realmente queremos entender requiere de una lectura profunda, cosa que no hacemos en Internet".
Lectura lineal y distracciones digitales han llamado la atención de los académicos como Maryanne Wolf, director del Centro de Lectura e Investigación de idiomas de la Universidad de Tufts.
"No me preocupa que vayamos a volvernos estúpidos a causa de Internet," dice Wolf, "lo que me preocupa es que no usaremos nuestros preciados procesos de lectura profunda ya adquiridos, porque estamos recibiendo demasiada estimulación con Internet. Eso es, creo , el meollo del problema ".
Para mantener la parte de lectura profunda del cerebro vivita y coleando, Zomorodi dice que investigadores como Wolf recomiendan hacer lectura profunda al menos una vez al día y por un buen rato en un libro de papel. Y ahora que los niños están creciendo, se piensa, con una pantalla digital en cada mano, Wolf dice que también es importante que los maestros y los padres se aseguren de que los niños se mantengan lo suficientemente alejados de la lectura dispersa de las tabletas. Los adultos tienen que buscar que los niños también practiquen la lectura lenta y profunda asociada con los libros en papel.
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